La empresa Biblion Ibérica aconseja revisar piscinas climatizadas, jacuzzis e hidromasajes para prevenir la legionella

Prevención y tratamiento de esta bacteria con los expertos de Biblion Ibérica.

Cada año llega antes el calor. Y con él las actividades que ayudan a darse un respiro ante el agobio de los termómetros. Las piscinas se transforman en verano en pequeños oasis en los que adultos y niños se refugian de las altas temperaturas, amen de un lugar clásico de ocio y diversión familiar y entre amigos.

Se convierten, en definitiva, en lugares concurridos, que deben prepararse para su apertura y mantener las medidas higiénicas pertinentes. No se trata sólo de la revisión y limpieza del agua, el filtro y los circuitos de depuración, sino de activar los mecanismos contra bacterias peligrosas para la salud.

La legionella es una de ellas, ya que las aguas cálidas y estancadas conforman un hábitat ideal para su desarrollo. Esto sucede, sobre todo, en pequeñas piscinas climatizadas con algún elemento de aerosolización y de piscinas de interior de uso recreativo como los jacuzzis y bañeras hidromasajes . No hay que descartar, advierten desde Biblion Ibérica, empresa experta en sanidad ambiental, que pueda aparecer un brote de legionella en una gran piscina abierta, sin embargo es más común que se alcancen “temperaturas y retenciones de biofilm y materiales orgánicos en las de vaso más reducido y con sistema de recirculación del agua que puedan tener puntos de retención en su circuito”.

Legionella, prevenir y desinfectar ¿Qué se debe hacer para evitar la posibilidad de proliferación de esta bacteria? Lo primero siempre, explican estos expertos, es mantener limpia la piscina y, en su caso, las instalaciones del spa, jacuzzi y bañeras hidromasaje, porque la suciedad y los restos de materia orgánica pueden producir una biocapa o biofilm que al permanecer en el agua del circuito de recirculación sirve de nutriente y se convierte en un factor de riesgo.

Después, y siempre que la piscina haya permanecido cerrada entre verano y verano o durante un periodo, de, al menos, quince días en adelante, por motivos de reformas o constructivos en el vaso de la piscina o en sus elementos estructurales, es necesario proceder a un tratamiento de limpieza y desinfección del mismo con productos desinfectantes autorizados a tal efecto, advierten desde Biblion Iberica. Entre dichos productos se encuentran desinfectantes utilizados en los ámbitos de la salud pública como el “hipoclorito sódico o cálcico, dióxido de cloro, cloraminas, ácido teicloroisocianúrico, biguanidas, ozono, etc.”

Si se detectase un brote, el recinto debe ser inmediatamente descartado para el baño y clausurado, en caso de ser de uso público, para proceder a un tratamiento de limpieza y desinfección.

Una neumonía peligrosa para los inmunodeprimidos La aparición de un foco de legionella en una piscina de las características mencionadas, en la de un polideportivo o en instalaciones como jacuzzis o bañeras hidromasajes de un hotel puede convertirse en un grave problema de salud pública. Esta bacteria, de nombre científico Legionella Pheumopillia, puede dar origen a una neumonía de distinto grado o a la llamada fiebre de Pontiac. Aunque, en principio, de consecuencias no letales puede llegar a ser peligrosa en personas inmunodeprimidas, con problemas pulmonares y ancianos.

El tratamiento es sencillo: la legionella se cura con antibióticos, pero se debe tener cuidado no sólo si se pertenece a los grupos de riesgo mencionados, sino también si se es fumador, o si se está en recuperación de un proceso patológico grave.

Esta información se ha escrito con ayuda de los expertos en sanidad ambiental de Biblion Ibérica.

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